Las 65 liras que compraron un Caravaggio. El San Jerónimo Penitente de Caravaggio, insignia de la Pinacoteca de la Abadía de Montserrat


Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610) San Jerónimo penitente ,1605
Óleo sobre lienzo
145,5 x 101,5 cm.
N.R. 200.165

Hoy dedicamos esta publicación a una obra muy especial de Michelangelo da Merisi da Caravaggio (Milán, 29 de septiembre de 1571-Porto Ércole, 18 de julio de 1610). Artista barroco de renombre internacional, provocó un gran eco en la pintura del siglo XVIII que le causaría algún que otro problemilla de atribución. Veremos el por qué en esta entrada.

En un lienzo de lino, el pintor milanés realizó en 1605 un San Jerónimo penitente en actitud meditativa, el cual sigue generando un gran interés tanto entre la historigrafía experta como entre el gran público

¿Será la fuerza expresiva de la luz rasante superior izquierda que impacta en la figura sedente del anacoreta? Como si su cuerpo emergiese de las sombras, el claroscuro con el que está resuelto habla de una mano rápida, de gran destreza y quizás de un modelo en vivo.

Caravaggio fue pionero del tenebrismo y ahí donde se tocan las luces y las sombras, es donde sucede la magia de su técnica.

Las zonas de confrontación entre luces y las sombras forman múltiples zonas de un minucioso ejercicio técnico de volumen. Dividido por un sinuoso contorno de luz y sombra, la luz rasante parece rescatar de las sombras una figura de un anciano imbuido de una gran dignidad, en pleno ejercicio meditativo. Mientras tanto, el fondo que lo contiene, lo sumerge en la más absoluta oscuridad.

Pocos son los elementos que acompañan al San Jerónimo de Caravaggio, salvo una tela roja que recubre su falda, una calavera, una aureola y la piedra -difícil de apreciar- que sostiene con su mano derecha. Considerado uno de los primeros doctores de la Iglesia Católica Apostólica Romana, traductor de la Vulgata y anacoreta por decisión propia, se retiró a Siria a meditar. De ahí que se le represente con los elementos propios de la iconografía penitencial en la pintura del siglo XVIII.

Entre orígenes inciertos y atribuciones subrogadas, el cuadro insígnia de Montserrat,  viajó desde Roma a Cataluña en 1917. El cuadro se subastó en 1915 en el Palazzo Magni en Roma, lugar donde el Padre Bonaventura Ubach, hombre recordado por sus habilidades comerciales, lo compró por 65 liras bajo la atribución de José de Ribera llamado el “Spagnoletto” (unos 150€, ¡ni más ni menos!).

¿Pero qué hacía un monje de Montserrat en una subasta de arte en Roma? La respuesta es la siguiente. El monasterio sufrió un gran saqueo durante la guerra del Francés y la posterior desamortización de 1835. El abad de aquel momento, el Abad Antoni Marcet (abad de Montserrat entre 1913 y 1946) sentía que el patrimonio artístico de Montserrat era raquítico en comparación con otras abadías. Por ello, entró en contacto con el P. Ubach para que activase el contacto con galerías de arte, anticuarios y restauradores italianos. Según Josep Laplana, actual director del Museo de Montserrat, Ubach es una pieza clave en la compra de obras artísticas «no porque entendiese más de pintura, si no porque en Oriente aprendió las técnicas del regateo y con el mismo dinero, era capaz de comprar el doble de cuadros».

El 22 de abril de 1917 el San Jerónimo llega a la Abadía de Montserrat.

El Padre Bonaventura Ubach sentado delante del lienzo, c. 1958. Archivo Fotográfico de la Abadia de Montserrat.

En 1914, uno de los mayores expertos en Caravaggio, Roberto Longhi, descubre la obra en la colección Magni y hace un esbozo. Tiempo después, en 1951 será el primero en atribuirlo al pintor milanés. La crítica apoyará su propuesta atributiva. También se propone que el cuadro formava parte de la colección Giustiniani de Roma.

Hoy en día, son pocos expertos que dudan la mano de Caravaggio detrás del San Jerónimo. Su gran parecido compositivo, técnico, cromático y cronológico con otras obras similares como por ejemplo el San Jerónimo Borghese o bien el San Juan Bautista de la Nelson-Atkins Museum of Art de Kansas City, ha determinado el amplio consenso de la crítica en su atribución.

Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610) San Juan bautista, c. 1604 172,5 x 104,5 cm
Nelson-Atkins Museum of Art, Kansas City
Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610) San Jerónimo Penitente Escribiendo, c.1605 112×157 cm
Galeria Borghese, Roma

La obra fue restaurada en el Museo del Prado en 2005, donde se sometió a un proceso de restauración, limpieza y rayos X. A raíz de esta intervención, se descubrieron algunes cosas de lo más interesantes sobre la preparación del cuadro.

Si bien sabemos que la paleta cromàtica era mas bien limitada, negro de huesos para el fondo oscuro, siena tostado para las sombras de la figura, blanco de plomo para la tela, vermellón y laca roja.

Los análisis en rayos-X determinaron que Caravaggio componía directamente sus dibujos en el lienzo, sin dibujo preliminar. Esto quiere decir, que no necesariamente hacía dibujos preliminares en papel. Caravaggio pintaba con trazos rápidos, denominados “abbozzo” o “underpaint” sobre el lienzo, con pocas rectificaciones posteriores y probablemente con un modelo delante.

Uno de los arrepentimientos del cuadro, es el dedo índice de la mano derecha, el cual inicalmente Caravaggio lo colocó de forma que el santo se tocase la barba. Lo modificó para que sosteniese una piedra, la cual es dificilmente apreciable hoy en día.

Detalle de la mano derecha sosteniendo la piedra. Antes de la resauración del 2005 en el Museo del Prado era imperceptible.

Bibliografía consultada:

Artur Ramon i Clara Bertran (coords) Cent anys del Sant Jeroni de Caravaggio a Montserrat, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2019

Curso de Caravaggio en Montserrat

Webgrafia

http://www.museudemontserrat.com/es/colecciones/pinturaantigua/95/caravaggio/490

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